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En numerosas ocasiones nos encontramos ante la duda de llevar a nuestro hijo al funeral del fallecimiento de un ser querido. ¿Con que edad puede acudir al tanatorio? ¿Cómo puedo explicarle que ha fallecido? ¿Debe saberlo?
Un niño deberá tener la posibilidad de decidir si acude o no al tanatorio y al funeral de un ser querido en base a su nivel madurativo. La edad aproximada en la que se aconseja plantear esta decisión, oscila entre los 3 y los 6 años.
La comunicación de la noticia, deberá realizarse en un lugar tranquilo, a través de los padres. El lenguaje deberá ser sencillo, sin miedo al uso de la palabra muerte.
En el caso de que el menor pregunte, las respuestas deberán ser sinceras, sin aportar un exceso de información que pueda provocar confusión.
La asimilación de la noticia, variará en función del menor, y el estado anímico que se encuentre en ese momento. Debemos facilitar la disponibilidad de poder hablar en cualquier momento.
En el caso de que éste decida ir, será preciso ubicar un lugar de tranquilidad al que el menor pueda dirigirse cuando lo precise, alejado de todos los gestos de dolor.
En el caso de que el niño decida no asistir a los rituales, deberemos trabajar minuciosamente para que no sienta culpa por no participar en este proceso.
En cualquier caso, el objetivo fundamental con los pequeños, en estos casos, se basa en la concienciación de la situación que se está viviendo, sin olvidarnos de que, como niños que son, deberán mantener sus rutinas de juego, expresión y comunicación familiar.